martes, 27 de diciembre de 2016

Epicentros



Al mediodía colonial los platos gozan de prejuicios
sobre carga de máquina al hueso guinda de los creyentes
son las manos fregando tendencias precolombinas
en una Europa que huye de sus negros
la cuchara para el fino bocado general
occidentalmente nos ahogamos envueltos moradosaquí
cerca de la Gran Vía o en lo privado latitud de vidrios
refractantes de clérigos
y nos quedamos rumiantes como cuchillos
sobre estancias de hombresvapor hombreschacras
de eclosiones modulando el trigo en sus trenzas de papel
extraños los rostros me extraen la soledad país
un revestimiento para consumir garganta y ensamblarse
extraños sus fondos sin escaparates en lengua
el limón aquí no es limón y no te olvidas
el color migrante es un hervidero que nunca perece.






Gio.

1 comentario:

laveron dijo...

Muy bueno, Gio.
La poesía del destierro suele ser la mejor poesía.
Abrazo montevideano.